“Tenemos que seguir rompiendo barreras hasta tener compañeros abiertamente homosexuales”
La sala polivalente del Centro de Usos Múltiples de Churriana se quedó pequeña para la sexta charla de esta segunda edición de ‘El deporte va por barrios’. Con la importancia de visibilizar y normalizar a las personas del colectivo LGTBI en el mundo del deporte, continua con esta iniciativa de encuentros organizada por APDM y que cuenta con la colaboración de la Fundación “la Caixa” a través de CaixaBank.
En esta ocasión, la charla estuvo moderada por el comunicador y miembros de la APDM Ale Sandino y contó con los testimonios de Virginia Fernández, jugadora del Balonmano Costa del Sol Málaga y el triatleta, jugador de hockey y entrenador de fútbol Juan de la Chica. Este acto también contó con una nutrida representación institucional, como la delegada en Málaga de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Ruth Sarabia, la concejala de Distrito 8 – Churriana y Juventud, Mercedes Martín, Enrique Sánchez Domínguez, director del Área de Negocio de CaixaBank en la costa accidental y Yolanda Solero, del Área de Acción Social de CaixaBank. Además de protagonistas, instituciones, familiares y amigos, la sesión contó con decenas de niños pertenecientes a clubes de diferentes deportes en Churriana.
‘Visibilizar es normalizar’
El comunicador y asociado de la APDM, Ale Sandino, comenzó la jornada agradeciendo la presencia a las decenas y decenas de asistentes interesados por la actividad. Acto seguido, tomó la palabra Enrique Sánchez Domínguez, director del Área de Negocio de CaixaBank, entidad colaboradora clave para que salgan adelante eventos como ‘El deporte va por barrios’. Después, llegó el turno de la concejala de Distrito 8 – Churriana, Mercedes Martín, que hizo entrega a Sandino, Fernández y de la Chica de un curioso trivial inspirado en el día a día de esta mítica zona malagueña. Asimismo, Ruth Sarabia, de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad hizo hincapié en la importancia de acompañar al colectivo para que no se produzca ningún caso de discriminación ni LGTBIfobia.
Entrados en la charla, lo primero era conocer en primera persona las experiencias de los protagonistas. Para Virginia Fernández, desde edades muy tempranas fue consiente de su orientación sexual pero lo tuvo “muy reservado”. “Solo se lo contaba a un chico, mi mejor amigo del colegio, al que curiosamente le gustaba la misma chica. Él era mi desahogo y que alguien supiese lo que yo sentía y no me rechazase fue muy importante”. Así, hasta que un domingo en casa se sentó a hablar con su madre mientras las dos hacía sus cosas y al final le dijo: “Pues ya está”, y siguió con su tarea. Para Juan de la Chica, el proceso también fue muy natural porque los padres “intuyen las cosas y te van dando la mano”, de esa manera fue poco a poco invitando a su pareja a casa, integrándolo en la normalidad de la familia.
Pero al salir del ámbito familiar y de amigos, entrando en el deporte, la cosa cambia. De la Chica explicó el miedo que en alguna que otra ocasión sintió al practicar deportes de equipo. “Tenemos que seguir rompiendo barreras, yo no tenía ningún compañero abiertamente gay y quizá pensaba que en los momentos del vestuario me iban a tratar diferente, pero nada más lejos de la realidad, mis compañeros nunca me han tratado de otra manera”.
España tiene la suerte de ser un país avanzado en materia LGTBI, pero cuando Virginia Fernández estuvo jugando en Suecia se dio cuenta que allí estaba todavía más normalizada la evolución del colectivo. “En mi primer año allí, vi que el día del orgullo se hacía una gran celebración, una marcha por la calle en la que participaban familias enteras y niños pequeños que se tomaban ese día con total normalidad”.
Otra lacra con la que todavía hay que luchar a día de hoy en el mundo del deporte son los insultos en la grada. “A veces los propios deportistas nos echamos piedras sobre nuestro tejado”, comentó Juan de la Chica, que tuvo que vivir en primera persona el ser objeto de insultos en un grupo de Whatsapp en el que él no estaba. “Incluso en triatlón, llegaron a poner en duda mi valía a la hora de correr, nada o ir en bici, es rocambolesco”.
La experiencia de Virginia Fernández es algo distinta, ella expresó que siente que en el deporte femenino todo se toda con mucha más normalidad y hay mucho menos ataques que en el masculino. “Pero que una mujer haga deporte no la hace lesbiana, también tengo otras tantas compañeras hetero”.
Después de las numerosas intervenciones, llegó el turno de que el público tomase la palabra. El primero fue Eduardo Herrero, entrenador de bádminton en Churriana que destacó la importancia de la educación y sobre todo del lenguaje en el deporte, algo que trabajan desde el club para que en ningún momento nadie se sienta herido. También destacó el testimonio del futbolista Manu Torres, que cree además de la LGTBIfobia, sigue existiendo un problema estructural social en el que se realizan insultos racistas o a los propios familiares de los jugadores. “Tenemos que mejorar como sociedad e incidirla mucho en etapas más sensibles como la adolescencia”. Por último, fue inspiradora la intervención de Alberto Lejárraga, jugador de fútbol que, para normalizar y seguir dando pasos hacia adelante, no dudó en comunicar en redes sociales su orientación sexual.
‘El deporte va por barrios’
‘Visibilizar es normalizar’ ha sido el sexto encuentro de la segunda edición de ‘El deporte va por barrios’ con el deporte como hilo conductor y en el que se reflexionará en seis barrios diferentes sobre temas como el analfabetismo, el cáncer infantil y los problemas mentales, entre otros.
El programa solidario y deportivo está impulsado por la Asociación de Periodistas Deportivos de Málaga y cuenta con la colaboración de la Fundación “la Caixa”, a través de CaixaBank. Su objetivo es llegar a clubes modestos, barrios desfavorecidos, colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión, a centros educativos de las zonas concretas y a otras asociaciones con charlas de valor formativo, social o incluso pedagógico.